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Deterioro cognitivo

¿Qué es el Deterioro Cognitivo Leve?

By 30 mayo 2018febrero 8th, 2019Sin comentarios

El Deterioro Cognitivo Leve (DCL), más conocido por sus siglas en inglés MCI (Mild Cognitive Impairment), se define como el estadio intermedio entre la normalidad cognitiva, los cambios asociados con la edad y la demencia. En el DCL existe una alteración de las funciones cognitivas que se puede objetivar y que no se explica únicamente por el envejecimiento. No obstante, en el DCL la severidad del deterioro cognitivo no implica problemas en el desempeño de las actividades de la vida diaria, es decir, las personas con DCL pueden seguir realizando sus actividades habituales.

El DCL es una entidad frecuentemente asociada con la edad que presentan aproximadamente el 30% de las personas mayores de 65 años y que aumenta con el envejecimiento. No se observan diferencias entre hombres y mujeres, pero si es más frecuente en personas mayores institucionalizadas y en zonas rurales.

 

Diagnóstico

Acorde a los criterios diagnósticos estandarizados, para poder considerar que una persona ha desarrollado demencia, esta debe presentar alteración en dos o más funciones cognitivas, por ejemplo alteración de la memoria y del lenguaje. Además, el deterioro debe ser lo suficientemente importante como para repercutir en el desempeño autónomo de las actividades de la vida diaria, por ejemplo, repercutiendo en la capacidad de trabajar, conducir, organizarse,…

Por contra, no se puede realizar un diagnóstico de demencia en aquellos casos que, por ejemplo, exista un déficit importante de memoria (u otra función cognitiva) pero no exista alteración en otras capacidades intelectuales o cuando las alteraciones no tengan impacto funcional ni laboral. En estos casos, hablamos de que la persona presenta un cuadro compatible con un DCL (siempre que no exista otro tipo de trastorno que pueda ser el causante de este deterioro).

De forma mas específica, Petersen y sus colaboradores (2009) proponen una serie de criterios diagnósticos que se deben cumplir en el DCL:

  1. Presencia de quejas de memoria preferiblemente corroboradas por un informador.
  2. Deterioro objetivo de la memoria por debajo de la media de edad.
  3. Función cognitiva general normal.
  4. Actividades de la vida diaria sencillas intactas, aunque pueda tener ligeras alteraciones en las complejas.
  5. Ausencia de demencia.

La evaluación neuropsicológica es imprescindible para valorar la presencia de DCL de forma objetiva. La detección de este tipo de alteraciones de forma temprana es indispensable para optimizar procesos de intervención basados en el retraso de los síntomas y en el control de la posible progresión de los mismos hacia la demencia.

Tipos de DCL

El DCL suele diferenciarse en tipos basados la existencia o no de alteración en la memoria (amnésico o no amnésico) y en la repercusión sobre una única función cognitiva o varias (monodominio o multidominio):

o   DCL de tipo amnésico: Este subtipo se caracteriza por dificultades a nivel de memoria, siendo muy marcados los problemas en el aprendizaje y recuerdo. La presencia de este perfil de DCL asocia una importante probabilidad de desarrollar una enfermedad de Alzheimer en el futuro.

o   DCL de tipo no amnésico: Este subtipo cursa con la alteración de un solo dominio distinto a la memoria, por ejemplo de las funciones ejecutivas. En algunos casos, este tipo de DCL precede otras formas de demencia como puede ser la  demencia Fronto-temporal o el deterioro cognitivo asociado a la enfermedad de Parkinson. En este tipo de DCL se pueden observar también alteraciones conductuales en forma de baja motivación o conductas inapropiadas.

o   DCL amnésico multidominio: En este otro tipo de DCL amnésico, se observan junto a la alteración de la memoria un deterioro sutil en otras funciones cognitivas. En caso de evolución es frecuente su asociación con la demencia tipo Alzheimer o de tipo vascular.

o   DCL no amnésico multidominio: En este subtipo existe alteración en varias áreas cognitivas, pero no hay deterioro objetivo de la memoria. Se puede relacionar con demencia de tipo vascular o Cuerpos de Lewy, entre otras.

A pesar de las diferencias iniciales que existen entre el DCL y la demencia, es sabido que la presencia de estos cambios iniciales asocian un mayor riesgo a desarrollar alteraciones cognitivas compatibles con demencia en el futuro.

¿Qué podemos hacer?

o   Ante cualquier signo de alerta siempre acudir a un profesional. A partir de una evaluación neuropsicológica y/o exploración neurológica podremos obtener un diagnóstico temprano e iniciar el tratamiento oportuno además de llevar un seguimiento de la evolución del paciente.

o   Detección y tratamiento de los factores de riesgo vascular: La hipertensión, la diabetes y el sobrepeso, entre otros, se han relacionado con un aumento de riesgo de desarrollar deterioro cognitivo.

o   Alimentación: Una dieta saludable y equilibrada ha demostrado reducir el deterioro de las capacidades cognitivas, concretamente de la memoria.

o   Actividad física: El ejercicio físico de forma regular a demostrado ser un factor protector de la atrofia cerebral.

o   Estimulación cognitiva: Mantener la mente en forma. Realizar actividades que estimulen el pensamiento, adquirir nuevos aprendizajes, así como, mantener una vida social activa ha demostrado ser beneficioso para el mantenimiento de las funciones cognitivas.

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