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Enfermedad de Parkinson

Estimulación Cerebral Profunda en la Enfermedad de Parkinson

By 10 diciembre 2018febrero 8th, 2019Sin comentarios

¿Qué es la Estimulación Cerebral Profunda?

La Estimulación Cerebral Profunda (Deep Brain Stimulation, DBS) es un tratamiento quirúrgico que consiste en implantar una serie de electrodos en determinadas áreas del cerebro encargadas del control del movimiento. Los electrodos insertados producirán impulsos eléctricos en las áreas específicas con el objetivo de controlar el funcionamiento anormal y mejorar el rendimiento de las mismas.

¿Para qué se utiliza este tratamiento?

Este tratamiento quirúrgico se utiliza para tratar la sintomatología de determinadas enfermedades de origen neurológico relacionadas con el control del movimiento. El objetivo de la DBS es paliar el dolor y la disfunción de este tipo de pacientes favoreciendo su calidad de vida. Las afecciones más comunes para las que se utiliza este tratamiento son:

  • Temblor esencial
  • Distonía
  • Enfermedad de Parkinson
  • Dolor crónico
  • Síndrome de Tourette
  • Epilepsia
  • Trastorno Obsesivo Compulsivo

¿Cómo funciona?

La terapia consiste en la implantación mediante cirugía de un sistema de neuroestimulación que modulará el funcionamiento de áreas cerebrales específicas relacionadas con la disfunción motora. Este sistema está formado por unos electrodos que se implantarán en el cerebro, concretamente en los núcleos subtalámicos, conectados con una extensión (cable) que partirá de éstos por debajo de la piel hasta el tórax donde se situará un neuroestimulador. Este neuroestimulador, de forma similar a un marcapasos cardíaco, contiene la batería y los componentes necesarios para generar el impulso eléctrico que reciben los electrodos a través de la extensión.

Un médico ajustará la configuración del sistema y los niveles de estimulación adecuados a través de un método de programación no invasivo para el paciente.

DBS y Enfermedad de Parkinson

La enfermedad de Parkinson, trastorno neurodegenerativo generado por la falta de producción dopaminérgica, se caracteriza principalmente por la sintomatología motora que desencadena. Los síntomas más comunes son:

  • Lentitud en el movimiento
  • Falta de equilibrio y coordinación
  • Temblor en reposo
  • Rigidez en los brazos, piernas y tronco

En etapas iniciales la medicación que se utiliza para tratar estos síntomas obtiene buenos resultados. No obstante, la pérdida de eficacia de los efectos del tratamiento farmacológico con el paso de tiempo tiende a ser un problema con una afectación importante en la funcionalidad y calidad de vida de muchos pacientes.

La DBS es un tratamiento valorable para aquellos pacientes que llevan más de 4 años diagnosticados y han respondido bien a la Levodopa (precursor metabólico de dopamina) pero la sintomatología motora que presentan tiene una repercusión importante en la funcionalidad del paciente y no se resuelve con la medicación.

Se considera que el momento indicado para valorar el tratamiento quirúrgico es cuando se observa que el cuerpo ya no responde a la medicación como en un principio, pero aún responde a la misma. Es importante tener en cuenta que la DBS no debe valorarse nunca como último recurso. Es más, la investigación en este campo tiene muy presente la hipótesis que plantea introducir éste tratamiento quirúrgico en fases tempranas de la enfermedad y responder al “¿Cuanto antes mejor?” que aún no se puede confirmar.

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