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Epilepsia

Epilepsia: Conceptos generales

By 16 julio 2018febrero 8th, 2019Sin comentarios

La Epilepsia se describe según la ILAE (International League Against Epilepsy) como un trastorno del cerebro caracterizado por una predisposición permanente para generar crisis epilépticas y por las consecuencias neurobiológicas, cognitivas, psicológicas y sociales de esta condición”. El término Epilepsia deriva del concepto griego epilambanei, cuyo significado es “coger por sorpresa” y describe así el principal síntoma de este tipo de trastornos, las crisis epilépticas o ataques epilépticos.

En España se diagnostican más de 20000 nuevos casos de Epilepsia cada año. Cerca de 400000 personas padecen esta enfermedad, y aunque esta puede aparecer en cualquier edad, la mayoría de los casos se manifiestan en la infancia o a partir de los 60 años.  A nivel mundial, se calcula que aproximadamente un total de 50 millones de habitantes conviven con esta enfermedad.

 

¿Qué es una crisis epiléptica?

Una crisis epiléptica se origina debido a un exceso de actividad de un grupo de neuronas localizadas en la corteza cerebral. Esta hiperexcitabilidad puede afectar funciones como el movimiento, el comportamiento o el nivel de conciencia.  La duración de la crisis suele consistir en segundos o minutos, una vez finaliza, la actividad cerebral vuelve a su normalidad. Las crisis pueden aparecer en cualquier etapa vital, desde el primer día de vida hasta una edad muy avanzada, hay pacientes que tienen la primera crisis epiléptica a los 90 años.

Se calcula que entre un 2-5 % de la población experimentará un episodio de epilepsia a lo largo de su vida, no obstante, este hecho no implica que se trate de un trastorno de epilepsia, según la ILAE para establecer un diagnóstico de la enfermedad se tiene que haber padecido más de una crisis.

Tipos de crisis epilépticas

A grandes rasgos, podemos distinguir dos tipos de crisis: las generalizadas, que afectan a toda la superficie del cerebro y provocan pérdida de conocimiento y las crisis parciales o focales, en las que la descarga tiene su origen en una zona específica pudiendo extenderse al resto de la corteza cerebral. En algunos casos, el paciente experimenta una sensación similar a un indicio de que va a sufrir una crisis, esta sensación es conocida como aura y realmente se trata de una crisis epiléptica parcial que va a extenderse.

Dentro de estos dos grupos podemos distinguir diferentes tipos de crisis, las más frecuentes son:

TIPOS DE CRISIS EPILÉPTCAS

CRISIS FOCALES

Simple

No hay pérdida de conciencia y varían en función del área cerebral afectada:

  • Motoras: Se producen movimientos involuntarios en diferentes partes del cuerpo.
  • Sensoriales: Pueden aparecer alucinaciones visuales, olfativas y/o auditivas.
  • Psíquicas: Generan sensaciones de irrealidad, delirios, pensamientos extraños, etc.

Compleja

Provocan pérdida de la consciencia. Durante la crisis la persona no responde o responde de forma incoherente o con conductas inapropiadas. Se pueden dar movimientos automáticos y tras finalizar la crisis la conciencia se recupera de forma progresiva generando un estado de confusión.

Con generalización secundaria

Inicia como una crisis parcial, pero ésta se propaga convirtiéndose en generalizada.

CRISIS GENERALIZADAS

Tónico-clónicas

Es tipo se inicia con rigidez en las extremidades (fase tónica), seguido por sacudidas en todo el cuerpo (fase clónica).

Mioclónicas

Se trata de contracciones rápidas y breves de los músculos, normalmente, se producen a la vez en ambos lados del cuerpo.

Atónicas

Este tipo de crisis producen una pérdida brusca del tono muscular. Al ser tan repentinas, las personas que las sufren se desploman y pueden producir lesiones traumáticas debidas a la caída.

De ausencia

Las crisis de ausencia conllevan momentos de pérdida de consciencia que comienzan y terminan bruscamente, el paciente se queda inmóvil con la mirada fija durante unos segundos, inconsciente y sin poder responder. Una vez finaliza la crisis la persona se recupera como si no hubiera pasado nada. Es más frecuente en niños que en adultos.

 

Etiología

La epilepsia, como hemos comentado en el apartado anterior puede aparecer en diferentes etapas de la vida y la causa es diferente según se trate de niños pequeños, adolescentes, adultos jóvenes o ancianos. En la siguiente tabla se presentan las causas más frecuentes de epilepsia clasificadas según la edad de aparición de las crisis:

EDAD

ETIOLOGÍA

 0 – 20

  • Problemas connatales (anoxia, hipoglucemia, isquemia, …
  • Trastornos del desarrollo cortical
  • Traumatismos craneales
  • Tumores del Sistema Nervioso Central
  • Infecciones (meningitis, encefalitis, abscesos)
  • Idiopáticas (genéticas)
  • Causa desconocida (criptogénicas)

 1-40

  • Traumatismo craneoencefálico
  • Tumores del Sistema Nervioso Central
  • Etilismo crónico
  • Drogas
  • Malformaciones vasculares
  • Infecciones del Sistema Nervioso Central
  • Causa desconocida

 41-60

  • Tumores del Sistema Nervioso Central
  • Etilismo crónico
  • Traumatismos craneales
  • Enfermedad cerebrovascular (Ictus)
  • Causa desconocida

 > 60

  • Enfermedad cerebrovascular (Ictus)
  • Tumores cerebrales
  • Demencia
  • Causa desconocida

 

Tratamiento

En todo el mundo 8 personas de cada mil tienen epilepsia activa y por tanto necesitan tratamiento. Afortunadamente, el 75% de pacientes pueden beneficiarse del tratamiento con fármacos pudiendo controlar las crisis y la gran mayoría puede realizar una vida normal. El 25% no pueden controlar las crisis con fármacos, no obstante, algunos pueden beneficiarse de otros tratamientos: cirugía, dieta cetogénica, estimuladores y/o tratamientos más específicos.

En función de la respuesta que el paciente experimenta con el tratamiento se pueden considerar cuatro grupos de epilepsia con pronósticos diferenciados:

  • Epilepsias espontáneamente benignas: Son aquellas que presentan un escaso número de crisis epilépticas, sin precisar en muchas ocasiones el uso de fármacos, o bien dosis bajas de éstos durante algún tiempo. No se muestran alteraciones en la exploración física, en los estudios de imagen, ni en la inteligencia. El prototipo más común de este grupo es epilepsia con origen en edad infantil y paroxismos centro-temporales. El 20-30% de los pacientes están en esta categoría.

 

  • Epilepsias sensibles a los fármacos antiepilépticos: En general presentan un buen pronóstico. El uso de los fármacos se mantiene durante algún tiempo pudiendo ser retirado posteriormente sin recidiva de las crisis. Dentro de este grupo estarían las epilepsias con ausencias en edad infantil y algunas epilepsias focales del adulto. Se incluye un 30-40% de los pacientes.

 

  • Epilepsias farmacodependientes: Tienen un pronóstico menos favorable, aunque en la mayoría de los casos se consiga un adecuado control de las crisis, el fármaco no puede ser retirado por la elevada probabilidad de recidiva de éstas al suprimir el tratamiento. Engloba varias de las epilepsias generalizadas idiopáticas, constituyendo de un 10 a un 20% de los pacientes.

 

  • Epilepsias refractarias al tratamiento o fármaco resistentes: Constituyen del 20-25% de las epilepsias, caracterizándose por su rebeldía al tratamiento, muchas veces desde el inicio de la enfermedad. Los estudios complementarios son claramente anormales. Con frecuencia se asocian a retraso psicomotor o alteraciones psiquiátricas tipo ansiedad y depresión. En algunos de estos casos el pronóstico mejora claramente con la cirugía o con otro tipo de tratamientos.

 

Cómo actuar ante una crisis

A pesar de que los tipos de ataques epilépticos pueden desarrollarse de diversas formas, la forma de actuar sigue una secuencia muy similar. Por ello, para finalizar, recordamos cómo actuar ante una situación de crisis epiléptica. La FEDE (Federación Española de Epilepsia) recomienda tener en cuenta el siguiente protocolo de actuación:

Qué hacer

  • Mantener la calma, ya que una vez iniciada la crisis, no la podremos detener
  • Alejar a los observadores y retirar los objetos peligrosos del área
  • Proteger a la persona para que no se haga daño: poner algo blando debajo de la cabeza, aflojar la ropa ceñida que pueda dificultar la respiración y retirar las gafas o cualquier objeto que pueda hacerle daño durante la crisis
  • Con cuidado, poner a la persona de costado, para que cualquier líquido en la boca pueda salir sin causar peligro
  • Mirar con un reloj la duración de la crisis convulsiva. Si dura más de cinco minutos llamar al 112
  • Cuando la crisis acabe, acompañar a la persona hasta que esté recuperada y permitir que descanse si así lo desea

Cosas que NO se deben hacer

  • No forzar a la persona para que abra la boca ni ponerle nada dentro
  • No trasladar a la persona a otro sitio
  • No intentar impedir que la persona se mueva o tiemble, no tratar de parar las convulsiones
  • No intentar despertar a la persona, no gritarle ni sacudirle
  • No darle agua, alimentos o medicación ninguna vía oral mientras dura la crisis

Cuándo solicitar ayuda médica

  • Si la crisis dura más de cinco minutos
  • Si la crisis se repite en un corto periodo de tiempo
  • Si la persona no se recupera por completo después de descansar un rato tras la crisis
  • Si ha habido un traumatismo importante durante la crisis
  • Si la persona que ha tenido la crisis es una mujer embarazada
  • Si la persona que ha sufrido la crisis no padece epilepsia y puede necesitar tratamiento por otra enfermedad aguda

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