El principal síntoma del Síndrome Gilles de Tourette son los tics. Un tic se define como un movimiento o sonido repentino, breve e intermitente que puede aparecer en menor o mayor intensidad o frecuencia.
Generalmente existen dos tipos de tics según la naturaleza de los mismos:
- Motores: Tienen como fin la realización de algún tipo de movimiento
- Vocales: Se caracterizan por la emisión de algún sonido
Tanto los tics motores como los tics vocales se pueden clasificar en simples y complejos de la siguiente forma:
- Simples: Implican una cantidad de grupos musculares limitada
- Complejos: Implica varios grupos musculares
Los tics más comunes en el síndrome Gilles de Tourette se pueden clasificar de la siguiente forma:
Los tics, además de ser los síntomas más característicos, son los que definen el diagnóstico. Los criterios diagnósticos especifican la presencia de al menos dos tics motores y un tic fónico durante más de un año e iniciación anterior a los 18 años siempre que éstos no puedan explicar su origen en base a otra enfermedad, uso de fármacos u otras sustancias.
Los tics son variables a lo largo del trastorno, además de existir diferentes tipos, varían en frecuencia y gravedad. Se agravan cuando el sujeto está enfermo, nervioso, cansado o según el estado emocional que presente. Además, también cambian con el paso del tiempo, generalmente se observa un agravamiento durante la época adolescente y mejoría e incluso desaparición en la transición a la edad adulta.
Además de los síntomas motores, un 90% de las personas que padecen este síndrome presentan todo un conjunto de síntomas asociados. Entre los más frecuentes encontramos la coexistencia de TDAH, pensamiento obsesivo-compulsivo, pensamiento rígido, ansiedad, depresión, impulsividad, dificultades en las relaciones sociales y trastornos por abuso de substancias.